Los ácaros son insectos diminutos, invisibles a simple vista, atraídos por la presencia excesiva de polvo o humedad en la cama.
Prefieren multiplicarse y vivir de sábanas, colchones y almohadas y todo lo que haga cómodas nuestras noches. Además, se alimentan de la piel humana, poniendo en riesgo la salud y el bienestar del sueño debido a los problemas respiratorios y alergias que pueden provocar.
Afortunadamente, existen varios métodos para eliminarlos, y los descubriremos en este artículo.
Cómo deshacerse de los ácaros naturalmente
Hacemos hincapié en el uso y la importancia de los productos naturales, porque los productos químicos, al ser tóxicos, son perjudiciales para la salud de todos.
El primer remedio a probar es el bicarbonato de sodio, utilizado para un sinfín de limpiezas del hogar gracias a sus propiedades y su fuerte acción desinfectante. Con ella podemos lavar y desinfectar sábanas, fundas de almohadas y edredones, reduciendo consecuentemente la proliferación de ácaros .
Para desinfectar el colchón basta con rociar toda la superficie, y dejar actuar unas dos horas antes de retirar sus residuos con un aspirador.
El bicarbonato de sodio también se puede diluir con agua y espolvorear sobre el colchón mezclado con jugo de limón . De cualquier manera que usemos bicarbonato de sodio, recordemos dejar secar bien el colchón antes de hacer la cama, de lo contrario solo empeoraríamos el problema.
Los aceites esenciales son otros “guerreros” que nos ayudan a higienizar tejidos y superficies , especialmente el aceite de árbol de té y los aceites de lavanda y eucalipto . Para usarlos, simplemente diluya unas gotas en una botella de spray llena de agua y rocíe el líquido sobre colchones, mantas y almohadas.
Cómo prevenir los ácaros domésticos
En verdad, evitar encontrarnos lidiando con ácaros es muy sencillo.
Aireemos la habitación por la mañana, nada más levantarnos, para desalentar la proliferación de estos insectos. Solo toma unos minutos. En segundo lugar, dejemos de hacer la cama inmediatamente, esperando una media hora, para que circule el aire fresco y refresque las sábanas liberándolas de la humedad. Mejor aún si podemos exponer colchones y sábanas a la luz del sol.
Con las ventanas abiertas, permitimos que el aire circule sobre los edredones y las sábanas, evitando que la humedad y el calor se estanquen debajo de las sábanas. ¡Recuerda que también es muy importante cambiar las fundas de las almohadas a menudo!