Los espárragos son un alimento muy presente en nuestra dieta. Sabrosas y versátiles, también son ricas en nutrientes. Contienen fibra y ácido fólico, y nos ayudan a mantener la piel sana y resistente. Además, contiene cromo, oligoelementos que mejoran la circulación y vitaminas A, C, E y K. A continuación te explicamos cómo cultivar espárragos en casa .

La parte comestible de los espárragos es únicamente el brote tierno, que crece mayoritariamente bajo tierra. El tallo principal y las raíces forman la parte subterránea y más importante de la planta. Si se dejaran crecer, los brotes formarían flores, frutos y semillas.

Los espárragos necesitan un suelo franco y arenoso, que les permita germinar sin problemas particulares y con un buen drenaje . La temperatura óptima oscila entre 18 y 25°C.

Los espárragos se pueden cultivar a partir de semillas, plántulas o tallos. Las semillas deben colocarse en dos filas separadas, a unos 25 centímetros de distancia: es el método más lento para cultivar espárragos.

Con las plántulas o las patas es otra cosa: en un clima óptimo, las verduras se pueden cosechar después de un año. Las patas de los espárragos son los rizomas que se pueden separar para trasplantarlos. Deben pesar al menos 20 gramos, aunque el peso ideal ronda los 60 gramos.

La mejor época para cultivar espárragos es la primavera. Deben colocarse a una profundidad de 15-20 cm, separados unos 30 cm. Trate de mantener la capa superficial del suelo libre de malas hierbas durante los primeros años.