¿Ves tus plantas apagadas y realmente no sabes cómo solucionarlo? ¿Alguna vez has pensado que muchas veces los remedios más efectivos son los que puedes encontrar en tu cocina sin tener que salir a comprar productos específicos? ¡Aquí te mostramos cómo hacer fertilizantes completamente naturales en casa recuperando los desechos de alimentos que produces todos los días!

Las plantas de orquídeas son nuestra pasión absoluta, pero ¿las vemos un poco aburridas, menguantes y marchitas? No te preocupes, hay remedio para todo. De hecho, antes de comprar abonos preparados o abonos específicos, siempre podemos optar por soluciones caseras de coste cero reutilizando residuos o sobras de nuestra cocina. De hecho, ¿sabías que uno de los mejores fertilizantes para plantas se prepara a partir de la cáscara de cebolla? Veamos juntos cómo preparar tres fertilizantes caseros para orquídeas pero también para todas las plantas que necesitan cuidados en tu hogar.

infusión de cebolla

Uno de los abonos más habituales y utilizados que se pueden preparar en casa son sin duda los de cebolla. Tomamos dos cebollas y quitamos la cáscara. En este punto, mételas en agua con 500ml de agua y déjalas hervir durante unos 10 minutos. Cuando el agua se dore, retírala del fuego. Deja que se enfríe y luego fíltralo. En este punto añadimos otros 500ml para diluirlo y mezclar bien. Ahora nuestro fertilizante de bricolaje está listo para rociar el suelo de orquídeas.

con cáscaras de patata

Si queremos utilizar piel de patata porque acabamos de preparar una guarnición deliciosa, aquí tienes el método fácil y rápido. Dejar las pieles en remojo en abundante agua hirviendo durante al menos 4 horas. Luego filtramos el líquido y una vez que se haya enfriado por completo, lo usamos para regar la tierra. Si lo deseamos, también podemos utilizar esta agua colocándola directamente en el platillo.

Con ajo y cebolla

Si por el contrario queremos preparar un concentrado de ajo y cebolla para abonar y además obtener un pesticida natural, licuamos dos dientes de ajo y una cucharada de cebolla. Diluyamos el compuesto mezclado en agua hirviendo y luego filtremos esta agua. Deja que se enfríe y luego podemos reutilizarlo para mojar la tierra