El polvo es la principal fuente de molestias en todos los contextos de vida, desde el hogar hasta el lugar de trabajo. Está representado por varias formas de materia dividida en  partículas lo suficientemente ligeras como para poder “viajar” en todos los contextos, y puede generarse a partir de muchas fuentes, de origen animal y vegetal, pero también de agentes externos. Limpiar el polvo obviamente significa quitarlo, pero es precisamente una forma de “lucha continua”, que sin embargo puede volverse menos compleja y frustrante si conoces algunos secretos.


Método infalible para limpiar el polvo: aquí hay 3 secretos que pocos conocen

Es imposible erradicar por completo el polvo, por lo que es fundamental actuar de forma preventiva, eliminándolo constantemente de forma inteligente.

Es obvio, pero siempre útil, recordar usar primero una aspiradora, quizás equipada con un filtro y luego puede proporcionar un paño húmedo. EL



En concreto, siempre es recomendable empezar por las zonas altas, como estanterías, muebles altos, baldas, etc., de cara a la limpieza, concentrándonos en las zonas más estrechas, como rincones y rodapiés, recordando siempre limpiar desde el arriba hacia abajo, el polvo es generalmente más pesado que el aire.

Cambiar el aire con bastante frecuencia, también es una buena idea tener la previsión de limpiar los filtros de su sistema de calefacción o aire acondicionado con buena regularidad.



Los muebles de madera tienden a atraer más polvo que otras formas de muebles. En este caso, además de la aspiradora, siempre es recomendable preferir un paño u otra herramienta capaz de atraer el polvo, ya que un paño húmedo puede comprometer la estructura de la madera.

Es absolutamente imprescindible acordarse de limpiar alfombras y moquetas y similares con regularidad ya que, aunque útiles y eficaces, son auténticos objetos que “atrapan el polvo”. Es fundamental limpiarlos al menos una vez al mes y con menor frecuencia es recomendable lavarlos a fondo.