En el jardín o en el balcón, la lavanda es una flor que no puede faltar. Su olor es irresistible y… ¿adivinen qué? También actúa como repelente de algunos tipos de insectos.
La lavanda se puede cultivar en cualquier lugar: en un simple jarrón, en el balcón, en la terraza, en la huerta 
Basta con olerlo para mejorar nuestro estado de ánimo, frenando el estrés y la ansiedad. De hecho, esta es una de las fantásticas propiedades de la lavanda, y el descubrimiento proviene de investigadores de la Universidad de Kagoshima, Japón.
La lavanda es una planta que no puede faltar en nuestra huerta o en el balcón, en el jardín, por los olores que desprende, sus colores y por el hecho de que atrae a las abejas para su polinización . La lavanda se usa tanto en la cocina como en cosmética, pero también como un fantástico perfume para lavar ropa.

Su color entre azul y lila muy característico, y su olor, la convierten en una de las plantas más bonitas con las que decorar la terraza o el jardín.


Las propiedades de la lavanda

De la lavanda se puede obtener un aceite esencial útil en caso de ansiedad, insomnio, contra la gripe, resfriados y tos. De hecho, esta fantástica flor tiene propiedades analgésicas, antisépticas y antibióticas.

Además, también es capaz de aliviar dolores musculares, tiene acción diurética  y  propiedades cicatrizantes.   Unas pocas gotas son suficientes para obtener alivio en caso de cortes, heridas, picaduras de insectos.



Cultivar la planta en casa.

Cultivar lavanda en casa es sencillo y se puede hacer de dos formas:  partiendo de semillas o esquejes . En el primer caso, la época de siembra comienza en otoño para las zonas de clima templado, y principios de primavera para las zonas más frías.

El método de corte es la forma más práctica de proceder con el cultivo de lavanda porque se utilizan ramitas con un tallo de al menos 10 cm de largo.



Cultivar lavanda en el jardín.

La lavanda puede ir al jardín, pero debemos prestar atención a algunos factores. Es una planta que requiere mucho espacio para crecer, por lo que si decidimos cultivarla en el jardín, procurar que haya algo de espacio entre una planta y otra. Si decidimos cultivarla en macetas, recuerda que durante la primavera debemos trasplantarla en una maceta más grande con tierra fresca y drenada.

La lavanda es una planta que prefiere el sol para crecer por lo que coloquémosla siempre en un lugar con mucha luz.

No se deben exagerar los riegos , y es muy importante que no se produzcan estancamientos de agua que puedan provocar la pudrición de la planta.

Para facilitar el drenaje es necesario mezclar la tierra con materia orgánica. La fertilización debe realizarse durante la estación de primavera cuando la planta comienza a crecer de nuevo, y al final del verano, después de que se hayan recogido las flores. ¡La lavanda alcanza su punto máximo después de unos tres años!

La planta requiere poda todos los años, inmediatamente después de la floración.