Conocido desde la antigüedad por su poder aromático, el laurel es la planta de los triunfadores y triunfadoras.

A lo largo de los siglos, pues, fueron surgiendo paulatinamente sus virtudes curativas y su uso para desodorizar el ambiente.

En forma de tisana o infusión, es un potente antiespasmódico, por lo que alivia el dolor de estómago y favorece la digestión. Su aroma intenso y envolvente encubre los malos olores, absorbiéndolos.

Por eso, colocar dos hojas de laurel en el frigorífico te librará de olores desagradables.

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¡Recuerde, sin embargo, reemplazarlos al menos una vez por semana, para garantizar siempre una apertura agradable de la puerta!

Pero el laurel no es el único remedio antiguo y efectivo, hay otras formas, en caso de que te cueste encontrarlo por alguna extraña razón. ¡Seguro que en casa tendrás vinagre blanco! Un vaso colocado en el compartimento superior evitará la formación de olores desagradables. Todavía.

Incluso los posos de café o un limón finamente rebanado pueden hacer un gran trabajo absorbiendo el olor, si lo hay, o simplemente desodorizando el refrigerador.

¡Y todo sin costo! En resumen, tiene muchas opciones para garantizarle un aroma acogedor cada vez que sienta hambre y vaya a la cocina a ver qué hay en la nevera.